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NO HAY 2 SIN 3
Un día le dije a una amiga:
-Si llego a sacar un nuevo disco de autor, lo llamaré "3 de febrero".-
-¿Por qué "3 de febrero"?- Me preguntó...
Además de ser mi cumpleaños (ya sabéis, la fecha de fabricación de una persona, algo que es bastante emblemático en sí), coincide con que sería mi tercer trabajo como cantautor, ya que, efectivamente tengo 4 álbumes (BSOs aparte, claro), pero el primero era de versiones y no ocupa un lugar tan especial para mí; por lo que era una bonita manera de numerarlo como quien no quiere la cosa.
La anécdota acaba con que ella me dijo:
-Entonces, si yo quisiera poner mi cumpleaños como título de un disco,
tendría que esperarme a tener 18 discos...-
Anécdotas chorra aparte, me atrevería a decir tranquilamente que con "TRIVAL SCAR" no me hubiera importado dar por terminado mi trabajo discográfico... lo que a la publicación de álbums se refiere, ya que realmente con las Bandas Sonoras de los proyectos audiovisuales y los temas sueltos que siempre van saliendo, aunque algunos sólo se queden en mi disco duro, esto de "terminar" nunca sería del todo cierto.
Ellos dos eran mis hijos: "ENCERRADO EN MI MENTE", con el que comenzó todo, y el ya citado "Trival Scar", que diría casi que es mi álbum favorito, pues en su proceso fue algo así como un "Encerrado en mi mente 2.0", una versión actualizada que rescataba algunas de las canciones de aquel primer disco que en su momento pensé que nunca llegaría a sacar; y no dejando de ser a su vez un trabajo diferente con identidad propia, que hablaba de una etapa más madura y con la cohesión de ser la noche que sucede al día. Ambos trabajos serían como la 1ª y 2ª parte de un mismo proyecto.
Y entre el uno y el otro y sus respectivos procesos de convertir a .WAV/.MP3 lo que sonaba dentro de mi cabeza, siempre pasa que se te cruzan por la mente nuevas melodías, letras e ideas que, aún no tocan, pero te gustan y guardas en el cajón de "para más adelante".
Cuando ese cajón hubo alcanzado cerca de la decena de melodías/letras/ideas, es cuando te dices: -Esto da para completar un disco nuevo.
Y así es como nació. Casi creció y se formó solo, y ahora existe. No por ello sin esfuerzo, claro, pero a la sombra de sus hermanos mayores, entre producción y producción, entre el "ahora toca esto" y el "ahora toca aquello", he ido acabando y/o retocando letras, grabando voces, terminando instrumentales y, hasta peleándome con algún que otro tema que se ha resistido con ganas.
EL BEBÉ NO QUIERE NACER
Una vez terminado, y como tantas cosas que últimamente termino, surge la pregunta:
"¿Qué hago con esto ahora?"
Hace años la respuesta hubiera sido fácil: "Publícalo." Pero duramente y a fuego lento he ido aprendiendo que en el mundo comercial del Arte (utópicamente conocido como "Mundo del Arte" a secas), poco importa lo que hayas hecho si la industria/público no sabe que lo has hecho.
Eso se traduce en promoción y publicidad, o lo que es lo mismo: pasta/money/guita... Y será que sigo siendo un artista de corazón y no de profesión, porque no entiendo lo de tener que hacer todo yo con el sudor de mi frente, y luego gastarme el dinero en personas que no tienen ninguna vinculación con el proyecto, sólo para que lo den a conocer (ya, ya sé que el mundo funciona así).
Pero hasta el páramo "indie" esta infestado de palabras como "influencer", los ya consagrados "youtubers" y un largo etcétera de personas que literalmente ayer no sabías que existían y hoy tienen un millón de seguidores... perdón "followers", hablemos con propiedad...
Para mí son como esos "abusones" del patio del colegio, aquellos que hasta creían que la tecnología era cosa de "frikis", y que de repente han encontrado la llave que abre Internet; ese lugar que antes era más selecto para los que nos aislábamos en el rincón a crear, y habíamos encontrado nuestro sitio para compartirlo con otras personas igual de "frikis" que nosotros.
Ahora, todo el mundo, haga o no haga cosas, tenga talento o no, quiere estar ahí, y hacer saber que está, sea para mover el culo a ritmo de vibrador en un vídeo de Tik Tok, para hacer playback de una frase de su serie favorita, o simplemente enseñarnos cómo le ha quedado el peinado esta mañana y usa la cámara del móvil como quien usaría un espejo con Wi-Fi (y parece que me he ido de tema, pero no).
En medio de todo esto, entre toda la mierda, toneladas de mierda (sin perdón de la expresión), de todo ese material vacuamente ególatra (el mío también es ególatra, pero no de manera tan vacua) y la avidez de narcisismo que satura la banda ancha, es
cuando te toca publicar algo en lo que has estado trabajando años. Y cuan amargo es el momento cuando sabes ya antes de exponerlo, que va a a quedar como "una publicación más" entre todos esos reclamos de luces parpadeantes que buscan llamar tu atención y, tras sus 5 minutos de pseudo-gloria (si llega), deja de ser novedad.
Esa ha sido la historia desde hace años, esa ha sido la razón (o una de ellas) por la que me fui alejando de los sórdidos mundos de Internet; y cuando toca no volver, sino sólo "acercarse" un momento para dejar lo nuevo que has hecho y volver a alejarte, ves que aún está peor que cuando lo dejaste, y sientes que vas a prostituir a tu obra, a tu hijo, que se va a infectar, y que ni tú vas a quererlo tras eso, porque ya no vas a poder volver a mirarlo igual.
Es por esto que ahora me cuesta tanto compartir lo que hago, porque quiero seguir amándolo.
Y este dilema tan doliente como cansino es el que, como artista, me hace pensar "si ser artista es crear, crear es una forma de expresarse, y para expresarme necesito un receptor, ¿qué hacemos si al receptor ya
se lo han follado tanto que está por otras cosas?
Así que mientras aún busco respuesta a esta incógnita, de si me traerá la felicidad ser un artista egoísta que sólo crea material para sí mismo porque ya casi no puede compartirlo, "CUCARACHAS" se abre camino como single presentación de este nuevo trabajo, siendo una crítica agresiva, tanto hacia la "voraz" industria como a esa parte de un público nocivo, que "devora" al artista hasta reducirlo a "producto" para finalmente anularlo como persona.
Reitero la palabra "cansino", sé lo cansino que puede ser esto, no es la primera vez que hablo de ello, y me cansa hasta a mí. Una vez conoces el problema y no das con la solución, recrearte no lo va a mejorar, y este disco, antes que para los demás es para mí, y no quería que fuera algo tan tóxico. Es por ello que en "III de Febrero" he querido empezar a abrazar también mi parte más amable (que existe), y sin abandonar mi habitual reflexión y espíritu crítico, he creado algún que otro tema más optimista que pudiera dejarme un buen sabor de boca, tanto a mí, como al que lo escuche. Así que veremos qué pasa.
EL PRIMER VIDEOCLIP
La creación del videoclip del primer single ha sido bastante laboriosa. Pude trabajar con algunos de los figurantes en el momento, pero con la llegada del Covid me falló gran parte de la figuración (iban a ser muchos más). Ahora, visto en perspectiva, entre tanto plano corto quedaba hasta saturado meter demasiada gente porque apenas pueden lucirse lo suficiente los que están y, para colmo, recorté la canción para el videoclip creyendo que no iba a tener material visual suficiente, y al final resulta que me ha sobrado (no volví a alargarlo por no darme más trabajo).
El proceso ha sido como rehacer el videoclip 3 o 4 veces. Primeramente porque el videoclip iba a sonar con la versión inicial de la canción de "Cucarachas" ("Suburbium Beat" o "Suburbium Color Beat"), por lo que no tenía aún la estética retro, lo que me hizo volver a tratar las imágenes ya montadas para darle el toque.
Luego, a medida que me iba llegando material a distancia, tuve que reemplazar muchos planos que había ido metiendo para rellenar, pero a los que ya me había acostumbrado a ver, por lo que luego no sabía cual quitar y cual dejar.
El material a distancia no siempre fue por el Covid, en casos como el de Olga Molina o Laia Cobo, a quienes conoceréis de trabajos anteriores, se debía a que cada uno estamos actualmente en un punto geográfico distinto.
Por último, la mezcla de los distintos tipos de cámara, a priori muy evidente, complicaba también el montaje, más aún donde he juntado en el mismo plano a personas que grabaron solas.
Después de todo, creo que ha quedado bastante bien. Todo es mejorable, es obvio, y la idea inicial en mi mente era mucho más espectacular, pero como siempre tengo que negociar con la realidad el baremo de lo que podemos hacer y lo que no; pero con todo, ha sido de los videoclips más elaborados que he hecho y me siento muy satisfecho con su resultado, el cual tampoco habría sido posible sin la ayuda de todas esas personas, tanto en la producción musical final de la canción con DavidKBD como en toda la figuración, a quien agradezco desde aquí.
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